A veces tendremos que sacar a personas de nuestras vidas sin mayor explicación

A veces tendremos que sacar a personas de nuestras vidas sin mayor explicación
La vida no es tan larga como nos gustaría que fuese, no tenemos tiempo ilimitado para aprender, para compartir, para amar y tampoco lo tenemos para explicar más de una vez lo que consideramos que no cabe en nuestras vidas.

Puede ser que nos tilden de radicales, pero algunas veces será necesario retirar a personas de nuestras vidas sin anestesia, pero no nos llenemos de remordimientos si consideramos que no hemos dado explicaciones al respecto, porque por lo general estas personas tendrán más información que nosotros mismos que les ayudará a asimilar nuestra decisión.

Quizás ya tenemos tiempo invitando a las personas a reflexionar, a través de palabras, de actitudes, de reacciones, de silencios… o bien podemos haber tomado la decisión por algo muy puntual. Si bien es cierto que muchas veces una explicación contribuye a cerrar de mejor manera un capítulo, también es cierto que en algunas oportunidades no valdrá la pena dedicar más tiempo y energías a aquello que sencillamente no lo merece.

Debemos aprender a dedicar nuestras energías a aquello que lo merece y debemos aceptar cuando no hemos sido muy selectivos al momento de dejar entrar personas a nuestras vidas. Pero no debemos sentirnos culpables, porque nadie se cruza en nuestras vidas por casualidad, cada quien es maestro de quien se cruza en su camino y así vamos aprendiendo a conocer a los demás y a conocernos a nosotros mismos.

Todas nuestras relaciones deben ocupar los espacios que se merecen, pero no por haberle dado cabida a alguien, debemos someternos a su presencia de forma indeterminada. Si alguien en balance no nos hace bien, no nos aporta, nos perjudica y no tenemos mayores compromisos, podemos dejar esa relación a un lado y permitirnos dejar espacios en blanco u ocuparlos con personas que merezcan determinadas posiciones.

Aprendamos a cerrar ciclos de forma oportuna, a no darle largas a las situaciones o las personas que nos consumen nuestra energía vital. Si bien es cierto que hay nexos que no podremos romper, aunque nos sobren ganas, habrá muchos que mantendremos sin necesidad alguna, solo esperando un cambio que sabemos que no ocurrirá y desperdiciando nuestros recursos.

No siempre podremos alejarnos de lo que no debe tener cabida en nuestras vidas, pero sí podemos decidir cómo nos afecta y en los casos en los cuales efectivamente podemos marcar la distancia, aprendamos a hacerlo, dedicando estrictamente lo justo y necesario.