Reglas muy sencillas, se puede mejorar y mucho la convivencia y racionalizar el uso del smartphone. Hace tiempo que las he puesto en marcha y no puedo más que recomendarlas:
-Respeta a la persona con la que estás hablado
Si estás hablando con una persona, ésta te está dedicando algo muy valioso y que no podrá recuperar jamás: su tiempo.
Da igual que se trate de un amigo, un familiar, un compañero de trabajo, un cliente, proveedor, etc.: merecen toda tu atención.
Aunque ya lo hemos asumido por la etiqueta actual, no es muy correcto estar continuamente revisando el móvil, desviando la mirada a la pantalla o, incluso peor, contestando mientras la otra persona habla.
Piensa que cada vez que dejas de hacer caso a la otra persona por el móvil, le estás diciendo que es más importante que ella.
Intenta decirle esto mismo en voz alta y verás cómo se te pasan las ganas de comprobar el móvil.
-Cuando quieras silenciar el móvil, apágalo o ponlo en modo no molestar, pero no le actives el modo vibración y no lo dejes visible
Desactiva el sonido y ponlo en modo no molestar
A veces tenemos la impresión de que poniendo el móvil en modo vibración y que no suene ya está todo solucionado. Eres la persona más cortés del mundo porque nadie se va a enterar (en una reunión, cine, teatro, etc.) de que te están llegando los mensajes y avisos. Falso.
Siento decirte que el brrrrrrrrr se oye igual, y puede ser algo molesto en muchas situaciones (y te distrae lo mismo).
-Los móviles fuera de la mesa
Ni a la derecha ni a la izquierda del plato. Los móviles deberían estar fuera de la mesa de comer (sobre todo si no comes solo) o incluso en la de trabajo.
Denota que estás pendiente de recibir algo y que en cuanto llegue, dejarás de hacer caso a la persona o personas a tu alrededor.
En una reunión profesional o cuando quedas con amigos, puedes medir lo productiva que es o lo bien que lo están pasando todos por el uso que le están dando a lo móviles.
Si todos están acariciando sus pantallas, algo no va bien.
-El móvil se queda fuera del dormitorio
Cada vez estamos más acostumbrados a usar el móvil para todo, incluso como despertador.
Está bastante demostrado (aunque, como siempre hay estudios que dicen que no) que los tonos de las pantallas (en particular los colores azules) afectan negativamente al sueño y al correcto descanso debido a que las células en los ojos muy sensibles a los tonos azules y violeta segregan melatonina cuando creen que es de noche para ayudar a conciliar el sueño.
Las pantallas emiten esta luz y el cuerpo “se confunde”, animándose cuando no debería estarlo.
Usar el móvil antes de dormir puede provocar que descanses peor.
Y eso nos pasa a todos, tanto a ti como a como quizá tus hijos o familiares que están conectados y mandan mensajes a las tantas de la mañana (y luego les cuesta concentrarse en los estudios y no rinden lo suficiente). Por cuestiones de productividad en el trabajo y en nuestros cometidos diarios, deberíamos tener un sueño reparador.
Una interesante publicación de Business insider sobre cómo la luz de los smartphone afecta a tu cuerpo va más allá, afirmando que no solo tiene repercusiones en el descanso sino también:
Efectos sobre la capacidad de retener información en la memoria.
Dificultades para estudiar.
Unos niveles bajos de melatonina pueden incluso llevar a tener más probabilidades de tener depresión.
Mayor riesgo de obesidad.
Daños en la retina.
¿Puede generar cataratas? Lo están investigando.
¿Hay relación con el cáncer de pecho o de próstata? Según la publicación, sí.
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