Y llega un momento
en tu vida en que ser
bueno en la cama es:
No roncar, no tirar
de la sábana, el edredón
y amanecer con
los calcetines puestos.
😆😆😆😆😆😆😆😆
*Chiste Mi primera vez*
¡Era mi primera vez!
Salí de casa sumamente nerviosa,
no sabía como sería aquello.
Además, era mi primera vez,
sin embargo, ya se lo había prometido
y no podía echarme atrás.
No debía tener miedo.
Al fin y
al cabo era yo quien
había querido voluntariamente.
Cuando llegué a la puerta
un escalofrío estremeció todo mi cuerpo.
Luego, al abrir la puerta,
tuve que hacer un esfuerzo
por controlar
el temblor de mis piernas.
Entré ... y allí estaba él esperándome,
sonrió e inmediatamente
me tomó por el brazo y me llevó
a una habitación muy bonita.
Amablemente, me invitó a acostarme
y me dijo que me pusiera cómoda,
que me relajara...
que él estaba acostumbrado
a hacerlo y que no me iba doler.
Aunque era mi primera vez,
él me inspiró bastante confianza y
comprendí que no podría encontrar
una persona más adecuada
para hacer lo que estaba
a punto de hacer, dada toda su experiencia.
Poco a poco, se fue acercando.
Creo que notó mi nerviosismo y
trató de tranquilizarme diciéndome
que era un verdadero experto
y que sabía perfectamente cómo hacerlo,
ya que lo había hecho
muchas veces y nunca había
recibido ninguna queja.
Por fin, cuando mis músculos
comenzaron a relajarse,
me indicó cuál era la postura
más adecuada y, poniéndome
la mano en el hombro,
continuó diciéndome cosas muy agradables
para darme ánimo.
Fue en ese momento cuando comencé a sudar.
De pronto, la proximidad
entre los dos se hizo inminente,
sentí la presión de sus manos
en mi brazo y el cálido aliento
de su boca acercarse a mi rostro.
De repente, me entró algo duro
y me estremecí, ya que mi cuerpo
no estaba acostumbrado
a este tipo de sensaciones y comencé
a ponerme muy ansiosa.
De pronto, comencé a sentir
un dolor insoportable y
lancé un grito mientras todo
mi ser se estremecía.
A medida que transcurrían los minutos
el dolor se iba haciendo más
y más fuerte y no tardó en
empezar a salirme un poquito de sangre.
Le supliqué que
sacara su instrumento por un momento,
porque me estaba
doliendo mucho, pero me dijo
que no podía dejarme así.
Grité angustiada y dolorida hasta
que me salieron unas lágrimas.
Inesperadamente, el dolor cesó y
mi cuerpo fue recorrido
por una indescriptible sensación
de bienestar y placer.
Entonces, me di cuenta de que
todo había acabado y finalmente
llegó la hora de marcharme.
Como bien podrán imaginar
le agradecí a mi dentista que
me hubiese sacado esa muela
que tanto me dolía y
me despedí pidiéndole disculpas
por mi comportamiento tan exagerado.
¡Muchas gracias Doctor!
¿Qué esperaban? jajajajajajajaja
😂😂😂😂😂😂😂😂
No hay comentarios:
Publicar un comentario